La propuesta contempla la creación de una nueva “quebrada habitable”. Una nueva quebrada” debido a que en el lugar donde se localiza el futuro condominio, son muy presentes y abundantes este tipo de formaciones naturales.

La nueva “quebrada habitable”, dentro de un terreno en pendiente y con poca vegetación, transcurre desde cotas más altas hasta el rio Guadalquivir, siempre visible como telón de fondo. Una “quebrada” que dotará a la urbanización de un microclima especial, así como de una singularidad única.

Será a través de ella donde “fluirá” la principal actividad pública del condominio, y donde podremos encontrar espacios de ocio y disfrute para sus habitantes, así como los caminos de acceso y estacionamientos a cada una de las viviendas.

La ubicación de las distintas viviendas responde a una serie de “regulaciones” tales como: visuales, distancias mínimas, etc. El esquema que se muestra en esta lámina, responde a las visuales, y trata de garantizar que cada una de las viviendas, tenga unas visuales “libres” hacia el rio y/o paisaje. Las aberturas de las viviendas se situan de tal forma que una vez dentro de ellas, los habitantes no verán ninguna de las otras edificaciones. Cada una de las agrupaciones (A,B,C,D y E) se sitúa a una cota distinta para no perturbar las visuales de las otras y reducir costos de excavaciones y contenciones.

Una série de viviendas que siguen el desnivel del predio a modo de minimizar los movimientos de tierras y por tanto su costo. A la vez, la propuesta contempla 20 viviendas las cuales gracias a su posicionamiento tanto en planta como en sección, hace que sean “imperceptibles” una a la otra. De esta manera conservamos en carácter “solitario” del lugar. Los vecinos conviven en espacios comunitarios pero acontecen los únicos habitantes cuando se encuentran en sus viviendas.